Hola!
Ésta semana continúo con la pintura, pero hoy voy a hablaros de un pintor en particular… Dalí.
Dalí fue muy completo como artista ya que abordó no
solo la pintura sino también la escultura o el cine. Personalmente experimento
hacia su obra una cierta contradicción, porque por una parte sus cuadros me
llegan como pocos otros pintores lo hacen, algunos en concreto son
maravillosos, como Galatea de las esferas, la Muchacha de la ventana, Cisnes
reflejando elefantes o Barco de mariposas,
la contraparte llegó cuando leí su
biografía y descubrí lo que representaban los símbolos que incluía en sus
cuadros, principalmente la masturbación, la muerte, los deseos más bajos e
inexpresados o incluso el canibalismo. Decía que todos sus cuadros los soñaba, y
pienso… vaya tela de mundo interior tenía para plasmar esas cosas. Sin embargo también pienso que
todos cargamos con pensamientos negativos y defectos, quizás el fue simplemente
un valiente al expresar los suyos con franqueza sin represión o culpabilidad. Lo que
va más allá de toda cuestión, es que fue un genio. ¿Y os estaréis preguntando, en
que se relaciona Dalí con la gastronomía? Pues la verdad es que él le acordaba
muchísima importancia, a los 3 años quería ser cocinero, afirmaba que un hombre se
manifiesta tal y como es cuando tiene un tenedor en la mano, e incluyó
referencias a la comida en muchas de sus obras.
Huevos
Langostas
Elementos culinarios
Chuletas de cordero (lo que está sobre el hombro de Gala)
Y como no, pan, del cual ya hablamos en la anterior entrada.
Estos son algunos de los cuadros pero hay otros como "El momento sublime", "Huevos al plato sin el plato", "Construcción blanda con judías hervidas"... Hoy, sin embargo al cuadro al que le rindo homenaje es al cuadro de "Relojes blandos", porque es uno de los más conocidos del artista y también porque demuestra que podemos encontrar inspiración de la comida sin la necesidad de dibujar la comida en sí misma sino una idea, una sensación o un sentimiento que nos aporte. La anécdota del cuadro es que Dalí se inspiró en un queso Camembert que estaba derritiéndose un día de mucho calor.
La receta de hoy, es muy simple y no tiene mucho misterio pero quería representar bien la idea de Dalí, he hecho Camembert frito.
Simplemente hay que cortar el camembert en porciones del tamaño que se quiera y pasarlos por huevo y pan rallado.
El truco es rebozarlo al menos 2 o 3 veces, así quedará un exterior crujiente y no se romperán al freírlos.
El resultado... un camembert con corteza crujiente y blando en el interior, como los relojes de Dalí. Solo queda disfrutarlos acompañado de una buena vinagreta o mermelada.
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