viernes, 20 de diciembre de 2013

Un baile en el paladar

Nueva semana y nueva entrada, gracias a los comentarios de 2 personas he recuperado las pilas y la motivación de escribir. Todavía me quedan dos artes por relacionar con la gastronomía, la danza y la escultura. Y la entrada de hoy va dedicada al baile. Pensaréis que es una ardua tarea, pero nada más lejos de la realidad, gracias a un famosisimo postre tanto como la danzarina a la que rinde homenaje Anna PAVLOVA.
Anna Pavlova fue una bailarina de la compañía Imperial Rusa. Que destacó entre todas las demás por su constitución frágil, su gran capacidad interpretativa y su inventiva, añadió unas tiras de cuero a los zápatos clásicos de ballet para hacerlos más rígidos y disimular sus pies arqueados y son hoy en día utilizados por las bailarinas de ballet. Pero sin duda su mayor logro fue la de acercar el ballet y la danza clásica al gran público, con su propia compañía que fundó en 1910, se ofrecieron más de 4000 representaciones en todo el mundo.
He aquí su baile más famoso "la Muerte del cisne".
 
Y su relación con la gastronomía nace de un postre que Australia o Nueva Zelanda (como todas las grandes invenciones se discute quien fue el primero) dedicaron en su honor. Con un merengue blanco como un tutú de bailarina, ligero, con un interior de crema, y frutas (generalmente frutos rojos) y a veces chocolate. Hay quien dice que fue un postre ligero porque al ser bailarina no quería engordar, yo pienso que es más bien por una cuestión estética.
Y aquí os presento la receta.
Para el merengue necesitarés:
Azúcar glace, azúcar normal y claras.
 
Hay quien da complejas cantidades para el merengue, éste me parece que es de Alain Ducasse, es el mejor para mí, partes iguales de todo, es decir 100 gr de azúcar glace, 100gr de azúcar cristal y 100 gr de claras o dependiendo de cuanto queramos hacer 50gr, 200gr o 1kg =) como queráis. Pero siempre queda firme y estable. Hacer un merengue como éste es muy fácil, basta con batir bien los ingredientes. Y cuando veamos que comienza a estar bien montado y la varilla deja marcas hacemos la prueba...

                   Le damos la vuelta al recipiente, sin miedoooo!! si está bien montado no se va a caer.
Lo colocamos en una manga, con la boquilla que preferais, yo he elegido una de boca estrellada.
Y hacemos las figuras de merengue de unos 10cm de diámetro sobre papel slfurizado, podeís jugar y hacer como queráis, con formas diferentes, simples circulares, como cestas, cuadrados... a vosotros de experimentar yo os dejo dos modelos que hice.


 
Se hornea a 100ºC durante una hora. La cuestión es que queden secos, debido a la cantidad de azúcar de éste merengue sabreís que ya están porque cambian un poco de color, no son blancos sino un poco rosaditos, debido a la caramelización.
Mientras se hornea, no nos paramos sino que continuamos con el resto de pasos a seguir. Yo he elegido frambuesas porque tienen una cierta acidez que contrastra y está muy bueno, pero podeís usar otra fruta, fresca o en confitura. Si utilizais frambuesas como yo, ponedlas unos 10/15 minutos en un bol a baño María con una cuchara de azúcar (una sola), y eso hará que suelten un poco de líquido, éste es el resultado.

 
 
Finalmente hacemos la chantilly, nata montada con azúcar y vainilla, podeís utilizar vainilla natural, como en la foto (hay que cortarla a la mitad y raspar el interior para usar los puntitos negros del interior) o extracto de vainilla. No pongo la cantidad de azúcar, porque en éste caso es gusto personal, yo utilicé 100 gr por un litro, para que el conjuinto no sea demasiado dulce.
 
 
Una vez montada, se coloca en el centro del merengue, con una manga pastelera o simplemente una cuchara.


Y se termina, con una cucharada de las frambuesas. Y una decoración al lado, también, jaja.
 

Espero que os haya gustado, os inspire como la gran danza de Pavlova y que os pongais el tutú, perdón, el delantal,  y lo hagais en casa. Hasta la próxima!!!

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