sábado, 16 de noviembre de 2013

La sal de la vida

´Por segunda vez, escribo con retraso el blog. Advierto a todos aquellos que comiencen a escribir en la red, que hay que dedicarle mucho tiempo y dedicación, sobre todo por el hecho de hacer las recetas, que conlleva comprar los ingredientes y hacer las fotos durante el proceso. También, como no recibo mucho feedback no sé si realmente alguien lo lee o si estoy escribiéndo recetas que se van a perder en el ciberespacio. Si hay alguien que lee el blog, que no se inquiete! que no voy a dejar de escribir, porque al fin y al cabo, también es un hobby para mí, un descubrimiento y un reto semanal, solo advertiros de que a veces puedo ausentarme como ésta vez durante una o 2 semanas, porque la vida social y el trabajo me reclaman y no puedo dedicarle tanto tiempo como me gustaría al blog.
Hecha la advertencia, llego con un libro. Hasta ahora, he aportado libros y peliculas medianamente conocidos, pero también éste puede llegar a ser un medio de compartir algún descubrimiento y daros mi humilde y honesta opinión.
El libro se llama " El Libro de la sal" de Monique Truong una señora vietnamita afincada en EEUU. 
Livre du sel (Le) Voir la quatrième de couverture
Yo lo leí como el de la imagen, en francés, cosa que no estubo muy bien porque el protagonista en buena parte del libro, intenta aprender éste idioma y no es creíble si en la frase siguiente lo lees con un francés correcto de academia. Leerlo en cualquier otro idioma es mejor, sin duda.
El libro cuenta la historia de un joven vietnamita llamado Binh, y no tiene un orden cronológico definido, salta constantemente del pasado en su tierra natal, su vida como marino o su historia en París.  Resumiendo el principal tema del libro es que Binh es homosexual, y lidiar con ello le ocasiona una gran soledad e incompresión por parte de los demás, hasta que llega a trabajar a la casa de dos damas americanas en París que son amantes donde encuentra su lugar confortable en el mundo (que no su hogar) porque no deja de ser su sirviente.
Realmente no puedo recomendar el libro, siendo honestos, aquí estamos para ver su lado gastronómico pero si el libro es malo, también se tiene que decir. El principal problema que le encontré es que no me pude identificar con el personaje, gran parte del libro la pasa, llorando sus miserias y contando lo triste y solo que está. Creo que hubiera sido mucho más efectivo, que la autora nos contara su historia con detalle y a través de sus dolorosas vivencias acabásemos identificados con él, y realmente sentir que entendemos su situación.
 
La relación que tiene éste libro con el blog, es que Binh es cocinero, aprendió el oficio en la casa del gobernador en Vietnam, ya que su hermano el sous chef lo mete de enchufe, y realmente tiene momentos gastronómicos muy buenos como cuando aprende con su madre los rudimentos de la cocina tradicional, o cuando ya trabajando de cocinero en Francia bajo el mandato de las dos damas, le enseñan a abatir a las aves que van a cocinar, los secretos de una buena "omelette", como escoger el postre adecuado para un evento... También es bonita la referencia de la sal, título del libro, que puede ser la sal del mar, del sudor de nuestra piel (tanto por el placer como por el esfuerzo del trababajo duro) y como no, de la cocina.
Y sin duda la parte que más tiene que ver con el blog, es cuando Binh relaciona la cocina y la pintura, y nos cuenta que un cocinero que no prueba sus platos es como un pintor que no ve sus obras. ¡¡¡¡Otra referencia que he encontrado arte-gastronomía!!!
 
Finalmente para mi ha sido interesante leer el libro porque he descubierto un poco de la cocina vietnamita, que no es solo un poco de especias y fruta dragón. Durante un tiempo fueron colonia de Francia, y se fusionaron sus gastronomías. Por ejemplo, es el único país asiático donde es fácil encontrar pan, (baguettes incluso), usan siempre productos frescos y es muy colorida. Los platos más conocidos son el arroz como base (por supuesto en Asia) las sopas de fideos, de pescado (con su típica salsa de pescado) de hierbas como la lima kaffir o citronella, y los rollitos, no primavera, pero similares. Yo os propongo unos rollitos, que si mis búsquedas son exatctas se llaman Chả giò.
 
Se necesita:
Tortas de arroz, fideos de soja, setas, carne picada (en Vietnam suele ser de cerdo pero yo he usado de ternera) zanahorias y dos yemas.
 
 
En primer lugar se hidratan los fideos en agua fria. Si lo hacéis vereis la diferencia que ésto ocasiona, sin hidratar los fideos son rígidos, un poco como plástico, e hidratados son  casi invisibles y blandos.

El relleno es muy simple, simplemente mezclar la zanahoria rallada o cortada pequeña, la carne, los fideos y las setas.  Todo en crudo, mismo la carne.
                                 Las obleas también son rígidas, muy finas y transparentes.
                   Para hacerlas maleables, se pintan con la yema de huevo, por ambos lados.
                                                      Se coloca el relleno en el centro.
    Y se envuelve, parecido como un sobre, primero los costados, enrollar la parte de abajo y finalmente cerrar la parte de arriba. Gracias a la yema se pega muy facilmente, no se necesita agua ni nada. Importante también es de que no queden burbujas de aire.

Por último se frién (o al horno también quedan bien) hasta que están bien dorados para asegurarse de que la carne está bien cocinada al interior.

Y eso es todo, la foto no me quedó muy bonita, pero puedo aseguraros que están muy ricos. Sobre todo se condimentáis bien con especias de vuestro gusto, o los comeis con salsa de soya o de pescado vietnamitas.
A vosotros de decidir si probáis a hacer la receta y si quereís leer el libro, estoy receptiva a vuestras opiniones sobre ambos. Y siempre es positivo para otras personas de escuchar diferentes puntos de vista! Hasta la próxima entrada.

2 comentarios:

  1. Yo te leo!! Y más gente que me lo ha comentado, sigue escribiendo y cocinando que el blog poco a poco despegará ;) Un besito

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  2. ¡Gracias por el comentario! da ánimos!, ya puse otra receta y tengo un montón de ideas nuevas, pero nada, cuestión de encontrar el tiempo, y seguir.

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