martes, 25 de febrero de 2014

Besos de chocolate

Hola: Hace tiempo que no escribo nada, y ésta vez las excusas y las disculpas, que a éste paso van a ser el 90% del blog, ¡¡no valen!! porque el tiempo blogsabático (nuevas palabras para el diccionario) me lo he tomado por cuenta y riesgo propio.
Aún así, aqui estoy de vuelta, y como aunque San Valentín ya ha pasado, febrero sigue siendo el mes del amor,  antes de que acabe el mes, eso es lo que os traigo.
Una de las primeras cosas que hice cuando me instalé en Francia y dominé un poco el idioma, fue apuntarme a la biblioteca. Es una biblioteca no muy grande pero bastante coqueta, donde hay un espacio de moquetas de colores donde hay libros para los niños, y unas cuantas estanterías que esconden algunos tesoros. En mi búsqueda encontré éste libro....

En la parte de atrás, donde se explica un poco de que va encontramos lo siguiente:
 
Un inventor depresivo encuentra una mujer que desaparece cuando la besan. En el momento en el que intercambian el beso más ligero jamás dado, ella se desmaterializa de un golpe. Ayudado por un detective retirado y un loro fuera de lo común, el inventor se lanza a la búsqueda de aquella "que hace crecer rosas en el agujero que le sirve de corazón" ¿Acaso estos dos quemados del amor sabrán enfrentar sus miedos para vivir su historia? 
El beso más pequeño jamás sentido es un verdadero falso romántico, una metáfora seguida a la Mecánica del corazón, éste libro cargado de melancolía rebosa de una avidez explosiva. Como si Amelie Poulain bailara el rock and roll y cruzara al Principito con un vaso de whisky en la mano.
(creo que lo he traducido bastante bien, aunque hay cosas que son raras como falso romántico, perdón, no se como expresarlo bien en español)

Nada mal, verdad? Pero lo cierto es que es la realidad, porque éste libro me recordó mucho a la pelicula de Amelie, un loco enamorado, que busca los detalles más insignificantes y los ensalza para hacerlos visibles al resto y que parezcan una bella y tierna locura. Cierto que es bastante previsible, al menos para mi, supe como iba a terminar. Pero lo más bonito del libro, es la metáfora que transmite, de que muchas mujeres somos esa "chica invisible" que desaparece cuando la intentan amar o no ve lo que vale, y muchos hombres esos locos que buscan a la chica de sus sueños, pero tienen miedo del amor real.
La receta para éste libro es una elección evidente, son bombones. Y por qué... pues es precioso. En el libro el beso fugaz que el inventor le da a la chica, aunque es el más pequeño que se ha dado en el mundo, le provoca muchas sensaciones, es eléctrico suave y dulce. Así que para encontrar a la chica recrea ésa sensación en unos bombones, chocolate untuoso como el recuerdo de su lengua, la vivacidad de sus labios, ácidos y sugestivos, elige un cítrico, no como un limón o una lima sino una naranja que también tiene dulzor aparte de la acidez y jengibre por simple sugestión erótica del picante. Que quereis que os diga, pero a mi esto me parece precioso, futuros pretendientes, para conquistarme ya sabeis, una receta personalizada y me ganais, ¿que decís vosotros?
 
Para la receta que os propongo necesitareis.
100 gr Nata
1 cucharada de Miel
180 gr Chocolate negro
1 Naranja
1 trozo de Jengibre Fresco
Un molde de silicona para bombones (motivo: para hacer bombones o trabajar el chocolate, es necesario atemperarlo, es decir subir y bajar la tempreatura a unos grados concretos, para que quede brillante y crujiente, en otro momento os puedo enseñar como se hace, pero el chocolate toma la "idea" exacta de donde lo ponemos, es decir si lo poneis en un cartón rugoso, será rugoso, si es liso, liso será... para bombones caseros sin complicaciones, un molde de silicona bien limpio os dará la facilidad de bombones brillantes y lisos sin necesidad de atemperar y no comerse la cabeza, eso si... no hagais esto para bombones en una pastelería)

En primer lugar, hervimos la cáscara de naranja (importante sin la parte blanca que da amargor, raspar con un cuchillo si hace falta para quitarla) y con el jengibre, la cantidad que preferais, tened en cuenta de que con el chocolate negro se atenuará el sabor, pero puede picar si ponéis mucho, yo puse 3 gr y quedó interesante, se notaba que estaba ahí, igual podeís hervir la nata y probarla antes de echarla sobre el chocolate para sentirle el gusto y saber si se nota el jengibre lo suficiente.
 
 
Como  he dicho, el siguiente paso es colarla directamente sobre 90 gr de chocolate negro, con el calor de la nata se va a disolver, con una espátula removemos bien para que la mezcla emulsione.


Y añadimos una cucharada de miel, éste fue mi toque personal que no se nombra en el libro, pero es para que la ganache (nata+chocolate) quede más suave y untuoso. Y el autor como escritor, no se dá cuenta de los detalles gastronómicos.

 
 El molde, ya lo veis, de silicona. Fundimos el resto del chocolate, al baño maría o en el microondas (QUE NUNCA JAMÁS TOQUE EL AGUA que se estropea y no fundirlo a más de 50ºC que se quema) y... o bien pintamos con un pincel las paredes del molde, o bien como hice yo llenamos el molde completamente de chocolate y cuando veamos que comienza a solidificar un poco por los bordes, damos la vuelta para que se vacíe el interior. Truco: para que los bombones brillen mucho, limpiar el molde con alcohol neutro (vodka, gin, ron blanco...) y una gasa, el chocolate y el agua se llevan mal, de ésta manera el molde estará bien limpito y brillante, y el alcohol se evaporará y no quedarán restos de ningun tipo.

Una vez que tenemos el exterior de los bombones, rellenamos con la ganache el interior. No saqué fotos muy exactas, pero podéis ver la diferencia por el color. El chocolate es más claro, y más oscura la ganache que pongo con la cuchara. Espero que se vea bien claro.

Después enfriamos (una hora en la nevera) y cubrimos de chocolate por arriba. Que no se mezcle el chocolate con la ganache, si veis que os ocurre esto porque por alguna razón la ganache está un poco líquida, congelad todo y añadid el chocolate para la base. Una vez solidificado, cuando desmoldamos el resultado es éste.


 
 
 
Éstos bombones del amor yo se los regalé a mi madre, pero podeis regalarselos a vuestr@s churris, y quedaréis genial al explicarles la historia.
Espero que os haya gustado, honestamente no sé si han traducido el libro al español, pero sé que si han traducido otros del mismo autor llamados " La mecánica del corazón", "La alargada sombra del amor" o "Metamorfósis en el cielo" así que si teneis curiosidad no dudéis en buscarlo, seguro que os sorprende, igual que estos deliciosos bombones dulces y picantes como un beso. ¡A intentarlos hacer en casa! Hasta la próxima!!!

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